miércoles, 27 de junio de 2007

¿Que prefieres?



"Prefiero la angustia al aburrimiento" (Pessoa)


Cuando me angustio no me apetece trabajar. A estas horas, me da a mí que mañana tampoco aunque he de reconocer que cada día la historia cambia. Cosas que tenemos los contradictorios y los que soñamos mucho.
Ultimamente tengo demasiada actividad nocturna. En mi formación como terapeuta en ciernes, sabemos que los sueños siempre traen un mensaje existencial. Creo que yo debo tener el buzón de entrada hasta los topes, o a lo mejor no soy tan importante y solo me mando "sueños spam".
En días como hoy, también me gustaría tener un decodificador y un mando distancia para entender por un lado y pasar rápido al siguiente capítulo... Claro que también tengo miedo de saltar de uno a otro y a otro y a otro, y llegar sin pena ni gloria al final.
¿Si hicieras una película de tu vida, como la titularías?


lunes, 25 de junio de 2007

¿Y si dejas de huir?





"He descubierto que toda la desdicha de los hombres viene de una sola cosa: de no saber quedarse tranquilo, dentro de una habitación". (Blaise Pascal)




Pues me da a mí que Pascal andaba muy acertado. Este Blaise ("Blas" para hacerlo más familiar y homogeneizar fonética) es el mismo que dijo aquello de "el corazón tiene razones que la razón no entiende". Usé y abusé de esta cita cuando era adolescente (o sea, casi casi antes de ayer) porque siempre fui muy "Damo de las Camelias" y me gustaban los momentos de "grandes frases" así que siempre le tuve en estima. Lo mismo me pasa con Humprhey Bogart. Total, que tropecientos mil momentos neuróticos después y tras largas horas de terapia, "con la Iglesia hemos topado".


Pienso que nos pasamos la vida evitando y huyendo de nosotros mismos. Y si no, probad el ejercicio de estar quietecitos en una habitación durante unas horas.... Auguro lo siguiente: i) repaso de más de mil recuerdos con sus correspondientes juicioes, reproches, críticas, nostalgias y sonrisas, a saber, novias, exnovias, jefes, el verano en Mallorca, lo grande que son tus amigos, la forma tonta en la que te caiste en aquella fiesta, tu relación con tus padres.....; ii) ¡¡Planes!!, probablemente dos veces más. Esto incluye desde la sencillez de la lista de la compra, ¡ahá!, trampa donde las haya dado que puede fácilmente dar paso a toda una serie de propósitos de vida sana incluyendo una tardía operación michelin (lo siento, ya es tiempo de piscina y playa), retomar el curso de pilates que ya es hora y que viva la remolacha y los oligoelementos; también todas esas plelículas que no has visto y verás, las que no has visto y no verás porque a tu novio/a no le gustan, sacar entradas para noséqué concierto, y coño, la semana que viene empiezan las rebajas!!). Es común entre los de mi especia, matar el tiempo contando las baldosas de parqué (tranquilo, es normal contar dos veces de derecha a izquierda y luego al revés y que te equivoques por 2 o 3. Si te pasa más de cinco veces, preocúpate), midiendo la habitación en palmos, imaginando un cambio de decoración... Todo esto se puede aderezar con bandas sonora variopintas.. que van desde la canción de moda, la músiquita del móvil de tu amigo, todo un catálogo de silbidos inconexos y fontaneriles, y momentos de percusión sobre las piernas, la mesa o la silla (o combinación de ambas)........ y ETCETERA.


Vaya, que el caso es que es muy difícil estarse quieto y centrado en el presente, en lo que hay, en lo que sucede.... Y de la misma manera que se evita estar, aún más preocupante es evitar ser. Pero eso, para otro día.


PD1: Para saber más de Pascal, http://es.wikipedia.org/wiki/Blaise_Pascal

PD2: La cita la leí en el blog de Rafael Reig. http://hotelkafka.com/blogs/rafael_reig/, uno de los padres de Hotel Kafka.... (¡¡Chapeau!!).














viernes, 22 de junio de 2007

¿Cuántas personas habitan en tí?

8

Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.
¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!
¡Imposible saber cuál es la verdadera!
Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...
Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.
Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

(Oliverio Girondo, Espantapájaros)



Le tengo mucho cariño a Oliverio. Si veis alguna foto suya, la imagen que transmite es de dandy, un estilo que mezcla a Gardel con Juan Ramón Jiménez (sí, el del Nobel, Zenobia y el burro Platero). Oliverio se merece un puesto honorífico en neurilandia y al poema me remito, genial alegato a la pluripolaridad, soberbio homenaje a la contradicción..... Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

El Espantapájaros (obra a la que pertenece el poema) asistió al nacimiento de un gran y bonito amor hace años, y fue lo primero que ví aquel día que aún sin saberlo empecé a caminar desde mí mismo....

Me apetece dar las gracias y no sé a santo de qué me viene una imagen de Juan Pardo cantando "Bravo por la neurosis"... En fin, como decía Borja, "la locura lo cura".

jueves, 21 de junio de 2007

¿Te reconoces desde el otro lado del espejo?


"Solea el sol y se lleva los restos de sombra que ha dejado la noche. Los carros de caballos recogen, puerta por puerta, la basura. En el aire tiende la araña sus hilos de baba. El Tornillo camina las calles de Melo. En el pueblo lo tienen por loco. Él Ileva un espejo en la mano y se mira con el ceño fruncido. No quita los ojos del espejo.
-¿Qué hacés, Tornillo?
-Aquí -dice-. Controlando al enemigo".
(Eduardo Galeano. Las palabras andantes)