
Ahora que sobrevivo algunas tardes,
vienes con el trigo y las libélulas,
a reescribir el pulso de los sueños
Compareces en mis labios de arrecife,
con tus ojos oceánicos
y me llenas las noches de fábula y caricias.
sin más deudas que saldar con el otoño.
Ahora que tengo voz para jurarte,
que a pesar de mil derrotas,
la araña del invierno ya no asciende por mi espalda,
y la melancolía es solo una excusa para no llorar desde las ingles,
vienes a revolver la brújula de la madrugada,
- su norte siempre es un río que desemboca en tu pecho -
Ahora que la vida es una noche en un embarcadero,
y no es preciso entender este poema,
vienes con tus alas sonámbulas,
y me pides volar junto a tí adonde acaba el mundo
por sí algún día perdemos para siempre la cordura.
Ahora,
tan solo ahora,
….
Y bien sabe la muerte que no es fácil.
1 comentario:
Buenas tardes, Emilio.
Es precioso. Hago alusión a él en mi blog, en la entrada de hoy, cuando menciono el "poema del jueves". Ya ves, hoy tocaba la belleza.
Abrazo
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